En el castillo no tenía ni la mas minima idea de que hacer... ¿Como era posible que esto fuera tan aburrido? me preguntaba una y otra y otra vez. Di vueltas por la sala común, salí de allí. Fui hasta la biblioteca, mire las estanterías, salí de allí también al cabo de unos minutos. Bajé y bajé escaleras, caminé por pasillos, quien sabe cuanto tiempo habría pasado.
Salí del castillo, y caminé por el medio de los jardines, sin siquiera seguir un camino en concreto. Habían un par de arboles en medio del jardín, caminé hasta ellos y me senté en una de las primeras ramas. Recién ahora me daba cuenta de que estaba cansada. Me puse lo mas comoda posible y me quedé quieta allí.
Al pasar los minutos, el sol bajaba lentamente. Escuché pasos acercarse.