¿En que estabamos? [Maria] [+18]

Entramos por el vestibulo y nos dirigimos a las escaleras, aun cogidos de la mano, para poder llegar al segundo piso, que era donde se encontraba mi despacho, o en palabras mas simples, mi habitacion.
Como maria se encontraba con ropa de deporte y no andaba con aquellos tacones altos que la hacian ver muy bien, podiamos alargar nuestros pasos y asi poder llegar mas rapido a nuestro destino.
Si no fuese porque estabamos rodeados de alumnos a estas horas de la manñana, sin duda alguna seria capaz de subir las escaleras corriendo.
Pero esto era una muy buena leccion para mi autocontrol.

La puerta de mi despacho se encontraba abierta, asi que para entrar, simplemente tube que empujarla un poco y ya nos encontrabamos adentro.
Solte la mano de Maria y me volvi hacia la puerta para cerrarla con un conjuro de mi varita. Asi no podria abrirse con un simple "alohojomora".
Me fuia sentar a la mesa detras de mi escritorio.
- Hemos llegado - le comente a Maria como una manera para llenar el silencio que nos rodeaba.

No sabia hacia donde me llevaba, pero sabia que mientras que estuviera con el todo estaría bien, empezamos a subir las escaleras a un paso bastante ligero, pero tampoco corríamos ni íbamos muy lentos.

A lo lejos vi un despacho que recordaba de mis tiempos de estudiante, era el despacho del profesor de Defensa, el despacho de Jace. Cuando estuvimos un poco mas cerca vi que la puerta estaba abierta, el se puso detrás miá y me empujo ligeramente hacia dentro. Cuando estuve dentro no le quite la mirada de encime vi como sacaba su varita y ponía un hechizo para que no se pudiera abrir, después vi como el se iba hacia su escritorio. Y me dijo que ya habíamos llegado.

Le mire sorprendida, y me acerque hacia donde el se había ido a sentarse, cuando llegue le mire a los ojos, esos ojos suyos que tanto me gustaban y me pare frente a el.- Si, ya hemos llegado.- le dije sin saber que decir o que hacer. Pues no quería que pasara lo mismo que anteriormente. Pero el provocaba en mi muchas cosas.

No podia quitar mis ojos de ella, sobre todo de su cuerpo, que se veia perfectamente bien formado atraves de aquella ropa deportiva y apretada.
Me aclare levemente la garganta, pero solo como un gesto involuntario, pues claramente no me encontraba enfermo ni nada de eso.
- ¿Quieres un vaso con agua? - le pregunte, aunque deporte...no habiamos hecho siquiera un par de ejercicios.

Me levante de mi silla antes de que ella me diera respuesta alguna, y como Maria se vaia puesto frente a mi, nuestros cuerpos estaban a punto de rozarse en este momento.
Alce una mano temblorosa y comenze a pasarla por su rostro, sintiendo la textura de su rostro, que era tan suave como se veia.

No pude evitar comenzar a inclinar lentamente mi rostro hacia ella. Me sentia realmente muy nervioso, como si esta fuese la primera vez que posaria mis labios sobre los de ella. todo esto era debido a la situacion en la que nos encontrabamos.
Finalmente, mis labios llegaron a los suyos, embriagandome de su calidez.

Aun estaba frente a el. El estaba sentado, sentía su mirada en mi, yo también lo estaba mirando a el, me encantaba estar con en, pasar tiempo con el, sus besos, sus abrazos, todo lo de el. Escuche como se aclaraba la garganta, y me preguntaba si quería agua. No me dio tiempo de respondele, porque cuando mire hacia el frente el estaba también de pie, a apenas unos centímetros para poder rozarse.

Levanto su mano para acariciar mi rostro, me encantaban sus manos, suaves y masculinas, a la vez que perfectas, puse mi mano en su pecho, pero no para que parara, la puse allí en forma de caricia, para que el también pudiera sentir mi mano.- No es necesario el agua.- le conteste.- al final no hemos echo deporte.

El se había empezado a inclinar hacia mi, cada vez le sentía mas cerca. Para ayudarle me puse de puntillas, pues sin los zapatos con tacón perdía altura, y el era mas alto que yo. Sus labios se habían posado en los míos, al principio era un beso suave, lento, pero se fue volviendo un poco mas apasionado. Quite mi mano de un pecho y coloque las dos juntas rodeando su cuello, la distancia que había entre nosotros se había disipado. Con mis labios aun unidos a los de el logre susurrar unas palabras.- Te amo Jace, mas que a mi propia vida.

Mientras que seguíamos con el beso, sin darme cuanta nos habíamos desplazado un poco. Sentí que la parte trasera de mis piernas chocaba con su mesa, pero me daba igual. Estaba entre la mesa y el, pero no me importaba, es decir me agradaba estar tan cerca de el, y sentir su pecho contra el mio. Nos separamos levemente para respirar, y volví a unir nuestros labios dándole un beso que para mi mala suerte me salido muy apasionado, solo esperaba que a el no le molestara, y que no nos separara como había echo anteriormente en el Jardín.

Su mano calida se apoyo sobre mi pecho, y yo estaba seguro de qui yo estubiera con mi torso desnudo, aquella caricia quemaria cada zona de mi piel en donde se apoyara. No habia nada mejor en el mundo que yo pudiese tener que estar con Maria, poder sentir la suave textura de su piel, y asi mismo, poder yo sentir sus caricias.

- Tienes razon, quizas el agua no sea necesaria en este momento - alcanze a contestar antes de que nuestras bocas se fundieran en un suave y lento beso, que por cierto, duraria poco, pues enseguida comenzamos a reaccionar como lo habiamos hecho en el jardin.
solo que aqui, en mi despacho, no habia ningun motivo para tener que detenerse.

La posicion en que nos encontrabamos era un poco incomodo, Maria se encontraba de puntillas y yo por mi parte tenia que inclinar bastante mi cuello para poder continuar con nuestro beso. Asi que tome una desicion rapida.

La mano que tenia sobre su rostro comenze a bajarla, pero sin depegarla de su piel, bajando desde el cuello hasta su cintura, donde la alze con mis dos manos y la subi sobre la mesa, asi ella no tenia que seguir de puntillas y se encontraba a mayor altura.

Me dijo que tenia razón, que no necesitaríamos agua en este momento, y aun con mis labios unidos a los suyos esboce una pequeña sonrisa. Estábamos besándonos, tenia mis brazos al rededor de su cuello, y con mi pulgar le estaba acariciando su cuello, los besos cada vez eran mas apasionados, se me estaba volviendo a sentir como me había sentido cuando estábamos en el Jardín.

Sentí la mano que el tenia en mi rostro bajar por mi cuello hasta mi cintura, al principio no sabia que es lo que iba ha hacer, pero lo descubrí cuando el puso su otra mano en mi cintura, me levanto un poco y me sentó en la mesa que tenia atrás miá. Yo abrí mis piernas para que el se pusiera entre ellas para poder seguir con el beso. Le mire a los ojos, y volví a besalo como si el fuera mi principal fuente de oxigeno.

-Jace... - fue lo único que pude decir agitada, cuando nuestros labias se separaron para coger aire.

Apreté ligeramente mis manos para que se pusiera entre mis piernas mas cerca miá, mientras que lo seguía acariciando, acariciaba con cuidado su cuello, no me quería separar de el, y eso es una cosa que no cambiaría nunca. No sabia si le gustaban miás caricias, pues era a la primera persona que le hacia ese tipo de caricias, pero yo se las haría hasta que el me parara si no le gustaban. Nuestros besos eran muy profundos y cada vez mas pasionales, pero con ellos le demostraba todo el amor que sentía por el.

Mis manos aun estaban sobre su cintura cuando ella me dejo el camino para que yo me acercara mas a ella, apoyando mi torso sobre su pecho, mientras sentia sus muslos alrrededor de mis piernas.
todo esto era como una atraccion magnetica. necesitaba estar lo mas cerca que me fuese posible de Maria, y quizas no volver a separarme de ella nunca mas.

Intoduje mi mano en su polera de la misma forma en que lo habia hecho cuando nos encontrabamos en el jardin, sintiendo su calida piel debajo de esta, rozando cada centimetro de su piel con mi mano.
El jugueteo que ella tenia sobre mi cuello no me dejaba pensar con claridad, y me hallaba completamente sumido en la exitacion.

La mire a los ojos mientras mi mano se deslizaba hacia atras, acariciando su espalda.
Mi nombre saliendo de esa forma de sus labios, era un verdadero regalo del cielo. No me podian dar nada para que yo decidiera cambiar este momento.
Nada. No me importa si hoy es el fin del mundo o no, pues yo tengo estre mis brazos lo que mas habia deseado hasta este momento.

- Te necesito - le susurre en el oido, comenzando a besar su cuello, mientras quemi otra mano, no la que se encontraba en su espalda, bajo hasta situarse sobre sus muslos y comerzar a acariciarlo suavemente.

Puse mis piernas al rededor de su cintura, deseaba que este momento no se acabara nunca. Cuando el introdujo su mano por mi polera para tocar mi piel, como había echo en el jardín, yo me mordí el labio un poco,me encantaba que el me acariciara sentía que sus manos sobre mi piel hacían una combinación perfecta. Yo seguía acariciando su cuello.

El me miro a los ojos mientras que sentía como su mano acariciaba mi espalda, por un momento no pude evitar arquear la. No me importaba nada lo que pasara en el exterior de la habitación, ni los alumnos, ni los otros profesores, ni los mortifagos, solo me importaba que el estaba conmigo y yo con el regalando le caricias.

Se acerco a mi oído, y me susurro que me necesitaba, no me podía creer que el me estuviera diciendo eso a mi, el simple echo de haberlo escuchado de sus labios ya me hacia muy feliz. Sentí que la mano que no tenia en mi espalda, la colocaba en mi muslo y empezaba a acariciarlo de una forma que me excitaba mucho.

-Jace... yo también te necesito.- le dije en un susurro mientras que echaba mi cabeza hacia atrás para que el la tuviera mas fácil a la hora de besar mi cuello. Me encantaba que el besara mi cuello pues era una de las zonas mas sensibles, me encantaba que me acariciaran, besaran el cuello. Acaricie su cuello, no sabia si el se había dado cuenta de lo que sentía cuando acariciaban mi cuello, pero esperaba darme cuenta cual era zona que a el le gustara, para poder hacerle sentir lo que el me hacia a mi.

Sentía que la ropa ya sobraba entre nosotros dos, podría haber dado el paso de quitarle la polera ya, pero esta esperando que el me la quitara a mi para ver que estaba seguro de lo quería hacer conmigo, me puse en una posición mas cómoda para que el pudiera quitármela si lo deseaba. Aun sentía sus caricias en mi espalda y en mi muslo, sus besos en mi cuello, eso me enloquecía, me encantaba. Me mordí ligeramente el labio para intentar contener todo lo que me estaba haciendo sentir, acaricie su cuello como si mi vida fuera en ello.

Su piel era de una suavidad increible, algo que era muy dificil de imaginar que tubieran el resto de las mujeres. Para mi Maria era perfecta, perfecto con todos sus defectos y virtudes, y lo mejor de todo era que ella era solo mia.
Solo mia.

Mi respiracion de hacia cada vez mas pesada. No podia creer que estubieramos en esta situacion. Todo era increiblemente irreal, y desearia que este momento no acabase nunca, no solo por el hecho de que la exitacion invadia mi cuerpo y mente completamente, sino que tambien deseaba tener a a Maria entre mis brazos siempre.

Le di un mordisco jugeton en el cuello, pero solo fue un roce leve, para evitar que ella sintiera algun tipo de dolor por mi accion. Mi boca comenzo a bajar lentamente por su cuello, pero sin dejar de besarlo durante ningun segundo, hasta situarse sobre la piel de su hombro, que se encontraba parcialmente cubierta debido a su polera.

Maria tambien lo habia notado: El momento ya habia llegado. Subi mi mano de su muslo hasta situarla sobre su cadera, justo en el borde de su ropa, y tambien saque mi mano de su espalda, con el fin de situarla a la misma altura que la otra y se hiciese mucho mas facil lo que estaba a punto de hacer.

Alce mi cabeza y la mire directamente a los ojos, mientras que con movimientos lentos comenzaba a deslizar su polera sobre su vientre, dejandolo totalmente expuesto, hasta llegar a laltura de su pecho, a la espera de que ella alzara sus brazos para ayudarme a deshacernos completamente aquella prenda.

Sentía sus dedos en mi espalda, me encantaba lo que me estaba haciendo sentir, le mire a los ojos, estaba descolocando todo mi ser, mi respiración estaba mas agitada igual que el había conseguido que mi corazón fuera mas rápido que nunca, el era mi hombre, y estaba apunto de hacerme suya para siempre. No me importara nada de lo que pudiera pasar en el colegio, lo único que me importaba era que el y yo estábamos juntos y que nadie nos podía interrumpir. Sentí como el bajaba su cabeza hasta la zona de mi cuello, sentía su respiración en mi cuello, el aire calenté que salia de su cuerpo chocar contra el mio.

Sus labios rozaron mi cuello, sentí como el mordió ligeramente mi cuello, de mi boca que se encontraba medio abierta salio un gemido, pero no quería que el parara, me gustaba lo que el me estaba haciendo, sentí sus labios deslizarse por mi cuello, dándome besos. Sentí sus besos descender por mi cuello, hasta llegar a mi hombro. Me di cuenta de que mi polera le molestaba, me mordí un poco el labio, y por mis mejillas se estendijarse un rubor que el me había dicho que le encantaba.

Sentí como la mano que el tenia en mi muslo se desplazaba hasta colocarse en mi cadera, justo en el borde de mi ropa,sentí como su otra mano que estaba en mi espalda se deslizaba hasta el mismo lugar en el lado contrario. Sabia que el en ese momento me quitaría la polera, y yo le sonreí, aun con el rubor en mis mejillas. Lo mire directamente a los ojos, esos ojos que me encantaban. Se incline un poco hacia delante para unir nuestros labios, se robe un beso pasional, en el que mi lengua toco sus labios, eran suaves y eso me encantaba.

Todo el me encantaba, quite las manos de sus hombros cuando sentí como el levantaba mi polera hasta el alcance de mis pechos, esperaba que no le desagradaran mis pechos, la verdad es que no eran pequeños. Es mas yo pensaba que eran grandes, pero en los gustos de un hombre todo cambiaba.

Nuestros ojos se conectaron, yo aproveche el momento para sonreír a la vez que estiraba mis brazos hacia el techo para que el me quitara la polera. Aun le estaba mirando directamente a los ojos cuando decidí decirle algo muy importante para mi.- Te amo mucho Jace.

El se encargo de quitarme la polera, yo aun tenia las piernas al rededor de las suyas eso hacia que nos mantuviéramos cerca el uno de el otro, cuando ya mi polera estuvo fuera, yo baje mis brazos hasta los bordes de la suya, si el me lo permitía haría que nos encontráramos igual. Mi pelo estaba algo alborotado, pero aun estaba atado en una coleta alta. Esperaría a que el diera los pasos, yo le seguiría a el, siempre. En esta primera vez entre nosotros el seria el que llevara las riendas.

Con mucha delicadeza y lentitud comenze a subir su polera lo que faltaba, pasando por su cuello, por su cabeza, hasta recorrer el largo de sus brazos para salir finalmente. La deje al lado de Maria sobre la mesa de mi despacho.
Su figura era perfecta tal como se aparecia en mis sueños, la piel de su abdomen era suave y lisa, sus caderas muy bien definidas, y la curva de sus pechos era realmente espectacular.

Uni nuevamente nuestros labios, explorando su poca con mi lengua, sintiendo su calida escencia. El placer que me producia el solo hecho de besarla de esta forma era realmente inigualable a lo que sentia al besar a cualquier otra chica en el pasado.
Nada se podia comparar a esto.

Comenze a desender por su cuello, acariciando su acalorada piel mis labios y mi lengua, hasta detenerme justo en el comienzo de la curva de sus pecho.
Alze mi cabeza y la mire fijamente a los ojos, correspondiendo a sus palabras - Yo tambien te amo Maria, mas que a nada en este momento - dije dandole un suave beso en la frente.

La verdad es que no me apatecia mucho hacerlo aqui, sobre el escritorio, sobre todo porque seria bastante incomodo, y yo deseaba que este momento fuese realmente perfecto. Apoye ambas manos en sus caderas y la alze, cogiendola entre mis brazos, para dirigirnos hacia mi habitacion, que se encontraba a solo una puerta de distancia.

Una vez alli dentro cerre la puerta detras de nosotros y tendia a Maria sobre la cama, situandome yo sobre ella.

Estaba con el, y ese simple echo lo hacia todo mejor. Sentí como el deslizaba mi polera de mi cuerpo de una forma lenta, me fije que la dejaba encima de la mesa, a un lado mio. Me di cuenta de que el estaba mirando mi cuerpo, cosa que en un principio me puso algo nerviosa, miró mi abdomen, caderas y el resto de las curvas.
Sentí como sus labios se unían con a los míos, sentí como su lengua entraba en mi boca, me encantaba todo lo que sentía cuando el me besaba, me hacia sentir segura, me hacia sentir amada, sentía que a su lado nunca me pasaría nada. Sus besos eran únicos, nunca antes había sentido algo similar. Eran fantásticos.

Yo le correspondía los besos, subí una de mis manos hasta su cuello, comencé a acariciarlo de una forma suave, con mucho cuidado, esperando que a el no le molestara, pase una de mis manos hasta posarla en su pecho, por debajo de su polera. Me encantaba lo que sentía cuando mi piel tocaba la suya. Comencé a sentir como el hacia descender sus besos por mi cuello, como su lengua rozaba en algún momento mi cuello. Eso me hacia sentir increíble, se me escaparon algunos gemidos, yo estaba haciendo todo lo necesario por ocultarlos un poco, pero aun así salían en forma de pequeños susurros. Vi como el alzaba su cabeza, y me miraba a los ojos. Escuche como me decía que el también me amaba, y que lo hacia mas que a nada en este momento. Sentí un beso suyo en mi frente.

Emití un suspiro y moví un poco la mano que se encontraba en su pecho, solo buscaba proporcionarle una caricia.- Te amo Jace, deseo hacer esto contigo para poder demostrarte todo mi amor.

Corte la distancia que había entre nuestros labios y le di un beso bastante apasionado, sentí como el bajaba sus brazos hasta la altura de mis caderas. Puse mis piernas al rededor de su cintura, y segui basando lo mientras que sentía como el me levantaba. Me fije que me llevaba hacia un lugar, en un principio dude sobre hacia donde me guiaba, pero todo me quedo muy claro cuando llegamos a su habitacion. El me tumbo sobre cama, el se situó sobre mi, lo mire a los ojos y comencé a levantare la polera, para poderlo acariciar mejor.

Solo sabia una cosa, estaba completamente segura de lo que iba ha hacer con el, lo amaba por sobre todas las cosas y nadie me cambiaría eso. Lo mire y susurré algo esperando que el lo escuchara.- Oh Jace te amo tanto...

Estando sobre ella detube un momento las acaricias apasionadas y me dedique solo a mirar su bellos rostro por un largo minuto, para luego alzar mi mano derechar y pasarla lenta y suavemente por su rostro, con un profundo sentimiento de amor.
- No necesitas hacerlo conmigo para demostrarme cuanto me amas, porque eso yo lo sse mas que nadie. Solo espero que disfrutes todo lo que ocurra en esta noche - Dichas estas palabras la bese con absoluta pasion, con una ferocidad increible, pues creia que si no lo hacia, explotaria todo mi interior. Mi necesidad por estar dentro de ella no se comparaba ni a la necesidad del aire para poder respirar.

Me puse de rodillas por un segundo para ayudarla a quitarme la polera, dejando mi torso completamente al desnudo. Nunca me habia caracterizado por tener un cuerpo de alguien que hace ejercicio todos los dias, como si la vida les fuera en ello, pero no tenia exesos, y la musculatura y fibriosidad estaba en los lugares adecuados, por lo que nunca me importo mejorar mi fisico.

Esta vez comence un asenso de besos, partiendo desde su plano su abdomen, pasado por las curva de sus pechos, donde me entretube durante un buen lapso de tiempo, para seguir hasta su cuello. En este momento la exitacion invadia todo mi cuerpo, y no sabia cuanto tiempo mas lo podria soportar.
Mi respiracion se hacia cada vez mas agitada mientras volvia de regreso por donde habia venido.

Ahora sus ajustadas prendas de gimnasia interrumpian mi camino. Me puse nuevamente de rodillas, y pase una mano lentamente desde su rodilla hasta su entrepierna, para luego subir un poco mas para poder quitarle aquellas prendas de ropa sobrantes.

Sentí como sus caricias paraban lo mire a los ojos mientras que esbozaba una sonrisa y lo miraba sabia que a estas alturas nada nos pararía que esto acabaría con los dos juntos haciéndonos el amor mutuamente. Sentí como el ponía su mano sobre mi rostro y lo acariciaba, lo mire a los ojos mientras que ponía una de mis manos en su cuello para acercarlo un poco mas a mi, uní sus labios con los míos. Sin importarme el echo de que el se hubiera separado de mi para mirarme. Cuando me separe de el escuche lo que el me dijo y lo mire mientras que me acercaba mas rápido a el para besarnos de una forma lo suficientemente pasional como para echar chispas entre nosotros dos.
Cuando se puso de rodillas lo mire mientras que me sentaba en la cama dejando mi espalda recta para quitarle la camisa mientras que lo miraba, cuando el estuvo sin polera me comencé a tumbar en la cama lentamente mientras que lo miraba, sin quitarle la vista de encima.
Cuando estuve tumbada sentí como el comenzaba a besarme desde mi abdomen y que iba subiendo hacia arriba, cerré un momento los ojos mientras que con los puños cogía una de las mantas y las apretaba entre mis puños para no decir nada cuando sentí sus besos en mis pechos. Abrí los ojos y lo mire, mientras que sentia como el me besaba el cuello. Mi respiración estaba completamente descompasada.
Cuando vi como el se ponía de rodillas lo mire y esboce una pequeña sonrisa, sentí como acariciaba mis piernas para después poder quitarme los pantalones que llevaba. Cuando el me los hubo quitado me puse de rodillas frente a el, sin importarme tener menos ropas que el, me acerque a el y lo abrace mientras que le daba algunos besos por el cuello lo abrace a la misma vez que me comenzaba a tumbar mientras que lo miraba y lo tumbaba sobre mi. Lo mire y me mordí levemente el labio para después comenzar a besarle mientras que acariciaba su espalda. Seguí acariciando su espalda hasta que en un momento sin querer lo arañe con mis uñas.- Lo siento Jace...- le susurre mientras que hacia que nuestros besos se hacían mas intensos.
Con una de mis manos comencé a desprender su pantalón como pude, para después mirarlo y poner mis piernas al rededor de su cintura. Yo solo me encontraba con unas bragas, lo mire y sonreí esperando que el dentro de poco estuviera como yo.