Era un dia viernes por la tarde y habia tenido que ir a hacer un par de tramites al Ministerio de Magia. El viento soplaba muy fuerte y la nieve caia por montones, es por esta razon que decidi que antes de volver al castillo, me daria una vuelta por el caldero chorreante y beberia alguna cosa, quizas un wisky de fuego, que seguramente me calentaria bastante el cuerpo, y haria mucho mas agradable mi regreso.
Increse al local y me fui a sentar en la barra, mientras que Tom, el camarero y propietario, tomaba mi pedido. El lugar se encontraba en las mismas condiciones de siempre: Un poco mugriento pero agradable, con varias personas extrañas per acogedor. Hace bastante tiempo que no me pasaba por aqui.
Tom trajo mi pedido y no perdi el tiempo, me lo lleve enseguida a los labios y le di un buen sorbo, sintiendo en mi interior la agradable sensacion de ese peculiar calor en mi interior.