"Deben estar locas... no puede ser cierto..." pensé fulminando con la mirada a unas chicas que me hablaban en la habitación, diciendo que Cedric Diggory estaba vivo. Rodé los ojos, las chicas parecían locas hablando de él... El chico que siempre me había gustado, desde que lo conocí... Suspiré y negué con la cabeza. Acaso me estaban torturando o que?...
Me quedé boca abajo en mi cama, pero al ver que las niñas no paraban de su charla, decidí salir de nuevo en la noche. Salí de la sala común, con mi uniforme comun (blusa, falda y corbata) y solo con una chaqueta negra sobre mis hombros. Solo debía dar un par de vueltas, cuando volviese a los dormitorios, las dos niñitas deberían estar dormidas ya, eso ni dudarlo.
Caminé por los pasillos, pero lo mejor para despejar la mente era dar una vuelta por los exteriores, por lo que salí del castillo y comencé a caminar sin rumbo fijo, hasta llegar cerca del lago. Se veía tan hermoso de noche... el silencio, la luz de la luna, reflejada en el gran espejo que era el lago.
Me dirigí hasta una pequeña colina, no muy lejos de la orilla. Me senté allí, suspirando. Estaba todo tan solitario...
Recorrí el paisaje con mi mirada, lentamente. No esperaba encontrarme a nadie allí... pero ¡Oh! ¡Sorpresa!... reconocí la silueta de un chico, recostado en la orilla. Rodé los ojos y sin mas me acerqué. No había necesidad de un "Lumus", ya que la luz de la luna y estrellas aclaraba todo.
Casi caigo desmayada al ver el rostro del chico allí recostado:
- Ced... Cedric... - susurré con voz ahogada - Esto no es posible... - me dije a mi misma.